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27 de Abril de 2022 | 12:43
Cursos Surf

Anímate y aprende surf en Gran Canaria este verano

No todo el mundo ha practicado alguna vez un deporte acuático, sobre todo si hablamos de personas que viven en ciudades, pueblos o provincias del interior peninsular. Sin embargo, y como reza el dicho optimista, nunca es tarde si la dicha es buena. La «dicha», en este caso, puede hacer referencia a practicar surf en un entorno costero particularmente idóneo para ello; es decir, espacios de playa abiertos y lo suficientemente ventosos para crear olas de bastante tamaño. Si bien en el mundo hay muchos lugares que responden a esas características, vamos a poner un ejemplo más cercano: el surf en Gran Canaria y Maspalomas. Quien no haya viajado nunca a la isla de Gran Canaria debe saber, en primer lugar, que Maspalomas es una zona costera del sur que merece la pena conocer.

Este verano, sin ir más lejos, podría ser un buen momento. A fin de cuentas, los días ya son largos y, aunque aún tímidamente, empezamos ya a experimentar los primeros días calurosos; es decir, esos que llenan nuestra cabeza de apetecibles imágenes de arena y mar. Va siendo hora, por tanto, de reservar nuestras vacaciones; y si además de nadar y tomar el sol queremos probar el surfing en Maspalomas, no cabe duda de que Gran Canaria es el destino ideal. El Atlántico en esta zona es abierto y está lleno de corrientes. Las olas, por su parte, si bien pueden ser altas, no lo son demasiado, posibilitando a los novatos del deporte practicar en condiciones de seguridad.

Claro que no vendría mal una supervisión. Por tanto, además de invertir en nuestras vacaciones en Gran Canaria y en la compra o alquiler de una tabla de surf, también podemos hacerlo en acudir a clases de surf en Gran Canaria, al menos para aprender los fundamentos básicos una vez estemos allí. Es claramente la forma más segura de adentrarnos en el apasionante mundo del surf, pero, además, nos ofrece una excusa ideal para conocer gente en un ambiente soleado y deportivo. La experiencia merece mucho la pena, y lo más probable es que, una vez que volvamos a casa, ya estemos deseando regresar.