Howswho
13 de Enero de 2022 | 13:19
Moda

Bodas inolvidables y trajes de novio únicos

¿Son los trajes barrocos confeccionados para bodas y otras celebraciones multitudinarias el culmen de la moda textil? En realidad, no hay una respuesta fácil para esa pregunta, ya que depende en gran medida de los gustos de cada persona. Sin embargo, una cosa podemos admitir con seguridad: el ámbito de la moda nupcial es uno de los pocos que le conceden una importancia capital a que las personas, clientes y por lo tanto futuros protagonistas de su boda, tengan sus propios vestidos y trajes cien por cien personalizados, es decir, hechos en gran medida a mano y artesanalmente en función de las medidas de los y las interesados/as.

Lo único que hay que hacer, y no es tan sencillo como parece, es localizar una buena sastrería a medida. No es fácil porque, a fin de cuentas, una boda es un acontecimiento que sucede solo una vez en la vida. Incluso aquellas personas que se divorcian y se vuelven a casar saben que no hay dos bodas iguales. Que casarse no es precisamente como acudir cada día al trabajo, que no es rutinario, que de cada pareja y de cada ejército de invitados sale siempre un acontecimiento social único e irrepetible. Y esto sigue pasando incluso ahora, con las limitaciones de aforo y las precauciones que debemos tomar todos y todas en estos eventos debido a la situación de pandemia.

Con o sin pandemia, una boda bien organizada, una que le dé al novio, a la novia y a los invitados una importancia capital, es una boda que sin duda será inolvidable. Porque sí, los trajes de novio son en la actualidad, y cada vez más, igual de fundamentales que el de la novia. Es lo que tiene que los tiempos cambien y que los roles estrictos de género, con el tiempo y con la evolución social de las personas, empiecen a desmoronarse. De ese modo, se desmoronan también los códigos estéticos más rígidos, lo que significa que una novia puede casarse de negro si lo desea y un novio, de verde esmeralda brillante. Así, quedará una boda para el recuerdo.