Howswho
24 de Junio de 2021 | 10:24
Seguridad y Vigilancia

Cámaras de vigilancia IP para pequeños negocios

Por desgracia, los robos son algo común, especialmente en tiendas pequeñas y poco vigiladas. Los negocios modestos y de barrio, así como las empresas familiares, entran dentro de esta categoría. A fin de cuentas, los grandes establecimientos, como los centros comerciales, suelen gozar de inversiones económicas amplias y generosas, lo que suele materializarse, entre otros recursos, en la contratación de trabajadores de los cuerpos de seguridad, o en la instalación de una completa y eficiente red de cámaras de vigilancia IP.

Sin embargo, un negocio pequeño es, por definición, un modelo de empresa que dispone de pocos recursos económicos. En realidad, eso no es necesariamente malo, ya que en realidad son los recursos financieros que necesita. A menudo estas empresas, a fin de cuentas, solo prestan servicio a un reducido de personas, es decir, a la vecindad; eso, o son tiendas especializadas que intentan captar a clientes muy específicos, un público objetivo que sabrá encontrarles en red. En cualquier caso, son tiendas que, a simple vista, pueden parecer desprotegidas.

Sin embargo, no tienen por qué serlo, ya que de hecho es posible proteger la tienda mediante la instalación de cámaras de seguridad que, al igual que los recursos económicos del negocio, pueden ser suficientes. No hace falta adquirir los novedosos y modernos modelos IP para conseguirlo, en realidad puede ser suficiente con adquirir los más convencionales, que, en realidad, también son eficaces y cumplen con su cometido básico. Así, una tienda de familia, empleando un porcentaje del dinero en alarmas de seguridad o cámaras de vigilancia analógicas, consigue todo lo que necesita sin sacrificar ahorros y beneficios en el proceso.

Teniendo en cuenta, además, que estas tiendas suelen establecerse en locales pequeños, suele bastar con una o dos cámaras, a lo sumo, estratégicamente situadas. El cartel de vigilancia también alejará a los potenciales ladrones. Estableciendo una analogía simple, es como llevar una mascarilla quirúrgica durante la pandemia; son económicas y son también suficientes para evitar contagios. En este caso, claro está, el peligro no es el virus de la COVID-19, sino la sustracción de nuestros valiosos productos o de dinero.