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26 de Octubre de 2018 | 10:56
INMUEBLES

Cómo alquilar una propiedad a terceros con seguridad

Cuando hablamos del alquiler de una propiedad a terceras personas, estamos hablando de un tipo de ingreso pasivo. Los ingresos pasivos son aquellas actividades económicas que no requieren de un papel activo del trabajador o trabajadora en su consecución y a la hora de generar beneficios.

 

Una persona al frente de una tienda de 24 horas está realizando una actividad propia de los ingresos activos, puesto que, sin su presencia, sería imposible hacer caja. Una persona que alquile su piso a otros inquilinos, sin embargo, solo tiene que cobrar el precio de facturas y alquiler una vez al mes, pudiendo dedicarse a otros trabajos y obligaciones el resto del tiempo. Es decir, no incide de forma directa.

 

Alquilar un piso a otras personas, por tanto, no solo es un negocio rentable, sino que además es muy cómodo. Sin embargo, las personas que se adentran en este tipo de actividad, a menudo no saben muy bien qué tienen que hacer o de qué manera deberían abordar la selección de inquilinos.

 

Después de todo, los pasos son más sencillos de lo que parece. Ante todo, el piso será más valorado y los futuros habitantes se quedarán más en él, si está amueblado y reformado. Este paso no es obligatorio, pero, siempre que se tenga la opción de solicitar préstamos inmediatos o se disponga de cierta cantidad de dinero, se aconseja arreglar cualquier desperfecto; desde una puerta que no cierra bien, hasta un armario viejo que necesita con urgencia ser sustituido por otro.

 

El siguiente paso es la selección de inquilinos. Hay que poner anuncios en todas partes, principalmente en Internet y en tablones de anuncios de facultades universitarias, pues los estudiantes son el inquilino potencial. Acto seguido, es necesario entrevistarlos cuidadosamente, tenemos que poder confiar en ellos.

 

Cuando hagamos la selección, será fundamental exigirles un aval al margen de la fianza, que puede ser personal –un familiar– o bancario –ayuda de prestamistas–. Por último, es importante establecer un contrato, contratar un seguro de desperfectos, y realizar el alquiler a través de organismos oficiales. Mientras más regulada esté nuestra actividad pasiva, mejor.