Howswho
4 de Septiembre de 2019 | 12:03
ECONOMÍA

Consejos para ahorrar de cara a la Navidad

La Navidad es, para una buena parte de los niños y las niñas de nuestra sociedad, una fecha señalada de magia, juguetes y dulces. Para los adultos, sin embargo, la percepción varía un poco.

Son fechas tradicionales y muchos de nosotros las disfrutamos, sí, pero también sufrimos, porque generalmente implican un gasto de dinero que en el fondo no queremos hacer.

Sin embargo, vivimos en una sociedad de consumo exacerbado y pocas veces reflexionamos sobre el hecho de que, en realidad, se puede disfrutar de la Navidad sin gastarnos todo nuestro dinero, ganado con trabajo y esfuerzo, en ella. La clave reside en ahorrar e invertir bien nuestro dinero.

Si somos personas impacientes, nunca está de más tener presente que, durante el mes de diciembre y la primera semana de enero, podemos cubrir los gastos de las fiestas solicitando créditos rápidos. No obstante, esa no es la única alternativa posible.

Otra es, sencillamente, disponer de un «fondo de Navidad», un colchón económico específico para los regalos, los adornos, las cenas, las fiestas y el roscón, entre otros muchos símbolos navideños. Lo ideal es empezar a planificar y engrosar ese fondo como mínimo desde septiembre y octubre, es decir, desde otoño, para así disponer ya de una buena base monetaria cuando empiece diciembre.

No obstante, si nuestro sueldo no está como para tirar cohetes y tenemos otros gastos que nos impiden ahorrar un porcentaje mensual demasiado elevado, deberíamos ser inteligentes y empezar a planificar la Navidad desde mucho antes, aunque en verano nos resulte un poco extraño hacerlo.

Por último, una hábil combinación de ahorros y préstamos online puede salvarnos la vida en multitud de circunstancias propias de estas fechas. Por ejemplo, por mucho que saquemos un presupuesto de cenas de Nochebuena y Fin de Año, lo cierto es que a menudo acabamos comprando más comida de la que necesitamos, sobre todo porque otros familiares nos obsequian con la suya.

En cualquier caso, la única manera decente de sobrevivir a la Navidad es aprendiendo que no debemos tirar la casa por la ventana o, si lo hacemos, podemos ser previsores.