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¿Cuántos tipos de tarjetas bancarias puedes tener?
En nuestras sociedades, hay una serie de hito en la transición de cualquier persona a la vida adulta.
El sistema sobre el cual se sustenta dicha sociedad es el capital, y por lo tanto, no es de extrañar que todos ellos se basen en adquirir o invertir dinero de alguna manera.
Puede ser, por ejemplo, firmar nuestro primer contrato de trabajo, cobrar nuestro primer sueldo, dar nuestra primera entrada a una casa, solicitar nuestros primeros créditos urgentes en WannaCash.es, o adquirir el primer coche. A todo eso vamos a sumarle un hito extra: abrirse una cuenta bancaria y solicitar una tarjeta de crédito. Muchas personas pasan por una etapa de utilizar la de sus padres. Eso está bien, pues aprenden los fundamentos básicos del funcionamiento de los bancos.
Sin embargo, cuando disponemos de una cuenta privada a nuestro nombre y utilizamos una tarjeta bancaria para realizar una transacción, solemos sentir poder. Es el poder de la independencia, a lo que todos nosotros aspiramos para ser adultos plenos.
Ahora bien, ni siquiera el mosaico diverso de personas adultas que usan tarjetas bancarias saben cuántos tipos existen, y se limitan a conformarse con aquella que más se ajuste a sus planes comerciales y económicos en ese momento.
Por encima de todas las demás, las tarjetas de débito y de crédito. La primera está asociada a una cuenta corriente en la entidad financiera que la emite, mientras que la segunda es independiente y no necesita vincularse a ninguna.
Sin embargo, hay muchas más, al igual que existen múltiples tipos de créditos que abarcan desde los bancarios más tradicionales, hasta los préstamos rápidos online. Así, las tarjetas de fidelización son otorgadas por empresas comerciales, y suelen ofrecer descuentos y promociones a los clientes que las utilicen.
Las tarjetas monedero, por su parte, son la versión digital de los monederos tradicionales, ideal para pagos de pequeña cantidad. Por último, las tarjetas revolving permiten pagos a plazos con cuota fija. En última instancia, nosotros elegimos qué tipo de tarjetas queremos utilizar, muchas son combinables entre sí; por ejemplo, las tarjetas de débito y las de fidelización.