Howswho
19 de Enero de 2022 | 13:35
Ascensores

El minucioso trabajo de montaje de ascensores

Si alguien nos pidiera que describiéramos el concepto de edificio que tenemos grabado en nuestra cabeza, seguramente sería algo más que una mole rectangular con ventanas. Seguramente tendría también, como mínimo, un ascensor. Tal es la importancia de este fundamental aparato mecánico elevador en nuestra sociedad, en nuestras ciudades y en nuestra vida en general. A grandes rasgos no podemos imaginarnos una vida sin ascensores en cualquier piso en el que vivamos, y al menos siempre que no vivamos en el primero o en un bajo. Pero en las ciudades más grandes, como la capital española, esta sensación es incluso más intensa.

Dicho de otro modo, los servicios de montaje de ascensores en Madrid no son recomendables, sino directamente esenciales. Tanto, que cualquier pequeña rotura, avería, mantenimiento que incapacita el uso durante unos días o limitación contextual, y en esta última categoría englobamos el aforo limitado ocasionado por la pandemia, se dejan notar. De alguna manera, nos empezamos a angustiar ante la idea de pasar al menos un día sin utilizar el ascensor. ¿Cómo bajamos y subimos de casa sin agotarnos y sin perder un tiempo precioso para llegar a tiempo al trabajo? ¿De qué manera subimos la compra del supermercado?

Todas estas actividades, como ya hemos dicho, las hacemos mecánicamente. Porque para eso están los elevadores y, con ellos, los bueno servicios de mantenimiento de ascensores de Madrid y de otras ciudades grandes o pequeñas, o tal vez pueblo: para permitirnos hacer uso de ellos indefinidamente sin que una de esas temidas averías anteriormente mencionadas nos impidan hacer una vida cómoda y normal.

No obstante, aun con todo, con el mantenimiento y la revisión constantes de los mecanismos que operan en su funcionamiento, puede suceder lo peor. No obstante, para eso existen, por añadidura, los protocolos de actuación inmediata en materia de reparación de ascensores en Madrid. En resumen, los profesionales de la instalación, el cuidado y el arreglo de ascensores existen para algo más que para ganarse el pan. En cierto sentido podemos, o deberíamos, considerarlos trabajadores esenciales, como mínimo al nivel de otros ya calificados como tal.