Howswho
12 de Agosto de 2020 | 09:00
Pastelerías

El sabor y la creatividad de una pastelería industrial

La repostería es divertida tanto a la hora de comerla como de degustarla, y tiene la virtud de ser un tipo de creación culinaria y artística que estimula siempre el lado más infantil y creativo de las personas. Es inevitable que cualquiera de nosotros se detenga a admirar en una pastelería industrial de Madrid , el asombroso acabado de las tartas de cumpleaños infantiles, y nos solemos quedar con la boca abierta ante la elegancia y la complejidad de las enormes y deliciosas tartas para bodas que podemos ver en internet, o en cualquier revista especializada.

Pero, precisamente porque la repostería nos devuelve a la infancia, no solo al probarla debido al sabor sino también al crearla, siempre podemos contar con los más pequeños a la hora de regalarle al paladar una porción de tarta de una fábrica de pastelería, o cuando decidimos crear y hornear galletas. De hecho, como actividad para toda la familia, la repostería ha demostrado ser sin duda una de las mejores a las que podemos acudir actualmente. Los niños disfrutan amasando, llenándose de harina y dando forma a los pasteles y a los dulces que decidamos hacer.

Los adultos, por nuestra parte, disfrutamos tanto como ellos, y además asumimos la responsabilidad de estimular su imaginación de la mejor manera posible. Porque, como ya hemos dicho antes, no hay nada más creativo que hacer una tarta o unas galletas. Las galletas, sean de chocolate, de vainilla o las americanas cookies, pueden llevar pepitas de chocolate negro o blanco, pueden ser redondas o cuadradas, o pueden tener la forma de los personajes de dibujos animados más famosos del momento. En cuanto a las tartas, podemos adornarlas y dibujar sobre ellas con sirope, nata o fondant.

El sabor, como hemos dicho, también es importante, tal es la magia de la repostería. El azúcar nos hace sonreír, el chocolate nos genera endorfinas y felicidad. Podemos aprovechar también los momentos más especiales del año para experimentar. Por ejemplo, deberíamos degustar riquísimos roscones de Reyes en Navidad, pero también podríamos animarnos a intentar hacer el nuestro. Con la repostería todo es posible.