Howswho
5 de Junio de 2019 | 10:31
Financiación

La nueva adicción a los minicréditos

En vista de que son demasiados los papeles que piden los bancos para pedir algún préstamo, salieron a flote opciones por Internet, como lo son los préstamos inmediatos. Estos créditos no tienen una gran cantidad de requisitos y son sumamente rápidos al momento de hacer el depósito en la cuenta bancaria. Tampoco las empresas que ofrecen los servicios hacen preguntas, por lo que no hay otro motivo válido para conceder el dinero que querer algo de liquidez.

Suelen ser cantidades realmente bajas, en promedio entre 100 y 600 euros lo que se concede en este tipo de préstamos. Parece a simple vista algo sencillo de manejar, y lo es, siempre que se tenga en mente que es una deuda como cualquier otra, solo que por una cantidad pequeña, y con plazo corto de pago.

Y es que este tipo de créditos están hechos para solucionar situaciones puntuales, o para ser aprovechados en inversiones que requieran muy poco capital para generar ingresos. Pero siendo tan cómodos, se pueden volver adictivos.

Este tipo de circunstancias son visibles para las empresas que ofrecen estos productos, por lo que algunas limitan la cantidad de veces que una persona puede pedir un crédito con ellos, pero otras no. Sin un sentido mínimo de responsabilidad financiera, caer en estas deudas pareciera ser algo demasiado fácil y sin consecuencias, pero eso justamente lo que hace que sean tan adictivas como peligrosas.

La falta de requisitos y el hecho de que incluso sean préstamos con ASNEF, hace que no haya ningún filtro siquiera de historial financiero que haga de depurador de los clientes. Esto en ocasiones para ciertas personas puede ser un verdadero incordio, pero desde otra perspectiva es un tipo de protección para no caer en más deudas. Según se vea de una manera u otra, el punto es que cualquiera puede acceder, sea una buena o mala decisión, tenga condiciones o no de pago.

Para afrontar esta situación, lo recomendable es entender que se trata de un préstamo como cualquier otro. Que no tenga muchas exigencias no lo exime de las responsabilidades financieras que conlleva. Pedir el consejo de un asesor experto es buena idea antes de buscar alguno de estos créditos. Un poco de investigación también viene bien.

La clave de todo está en entender que se trata de llevar el crédito con disciplina, como se llevaría como si lo remitiera una institución bancaria corriente. Si hay cuidado con los bancos, con las finanzas personales debe haber aún más hincapié, si cabe.