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9 de Septiembre de 2021 | 09:32
Pastelerías

Las delicias de una pastelería industrial de Madrid

Internet nos ha facilitado la vida en muchos aspectos. Durante la pandemia de la COVID-19, por ejemplo, nos ha puesto en bandeja toda la información pertinente en cuanto a contagios, vacunas y normativas de seguridad sanitaria. También, es una fuente de comunicación precisa con tiendas y servicios de todo tipo, por ejemplo las tiendas especializadas de comercio electrónico nacionales e internacionales. Pero, sin duda, una de las principales ventajas de la red de redes, una de las que más disfrutamos, es el universo de los tutoriales y los videotutoriales. Por ejemplo, cómo hacer repostería en casa, sin duda uno de los contenidos más consumidos.

Seguramente hemos visitado una pastelería industrial de Madrid muy a menudo, o una pastelería en cualquier ciudad y pueblo en los que vivamos, y muchas veces hemos acabado pensando lo mismo: ojalá tener la capacidad de hacer una tarta, una galleta o una crepe tal deliciosa como la que me estoy comiendo. Pero, de hecho, es posible conseguirlo. Tal vez no igual; a fin de cuentas, cada repostero da a sus creaciones su toque personal e intransferible, y por eso siempre será una experiencia bonita y positiva disfrutar de otras creaciones de fábrica de pastelería.

Pero podemos soñar con hacer algo parecido, igual de delicioso, pero por supuesto con nuestro propio toque personal. Y todo ello sin necesidad de renunciar en absoluto a los pasteles y los dulces que nos encanta comprar. Pongamos un ejemplo todavía lejano, pero tradicional y cada vez más cercano en el tiempo: los roscones de Reyes. La Navidad, y más específicamente el Día de Reyes, no serían lo mismo sin estos aromáticos y dulces anillos de pan, azúcar, almendras y nata o trufa, lo que prefiramos. ¡Incluso chocolate!

Este año, podemos acudir a nuestra pastelería favorita y encargar los nuestros con un doble objetivo: disfrutar de su sabor como de costumbre, e intentar hacer un roscón casero en casa inspirándonos en él. En fin, hay muchos motivos de peso por los que ir a una pastelería de Madrid merece la pena. Deleitar nuestro paladar y aprender repostería son dos de ellos.