Howswho
9 de Noviembre de 2021 | 13:48
Mobiliario

Los armarios pantografiados para un dormitorio juvenil

Cuando nuestros hijos pequeños empiezan a convertirse en adolescentes, todo es triste y emocionante a la vez. Triste, porque en cierto modo dejarán de ser nuestros pequeños en muchos sentidos y empezarán a tomar sus propias decisiones. Emocionante, porque, como madres y padres, es justamente eso lo que queremos ver, cómo se convierten poco a poco en adultos responsables de sí mismos y empiezan a descubrir sus gustos y a desarrollar su propia personalidad. Esos gustos van desde las cosas más complejas, como seleccionar amigos o una pareja, hasta las más simples, que puede ser sencillamente decorar su cuarto privado.

Esto último incluye, claro está, dejar que los recién estrenados adolescentes elijan su propio mobiliario. Estanterías, escritorios, sillas, camas, armarios, armarios pantografiados, armarios a medida… Ahora, son ellos quienes deben empezar a tener el control del espacio en el que van a pasar buena parte de sus vidas de jóvenes menores de edad. Serán el sitio en el que estudien, en el que pasen unas horas con sus novios y novias, en el que chateen con sus amigos desde el ordenador y en el que descubran, si se tercia, actividades creativas.

Por supuesto, los armarios a medida para adolescentes son tal vez una de las piezas de mobiliario más importantes a esta edad. Entre los trece y los dieciocho años aproximadamente, los pequeños adultos empiezan a experimentar con la moda. Dejan de vestir lo que mamá y papá compran para ellos y comienzan a seleccionar prendas, complementos, colores y un largo etcétera. Por eso, tener un espacio personal en el que guardar ropa y zapatos es fundamental para ellos, y por eso también es importante que ellos decidan qué tipo de armario, armarios pantografiados, tradicionales, lacados o empotrados quieren tener.

Empezar a convertirse en adulto es algo más que disfrutar de la moda y descubrirse a sí mismo. Es también aprender a ser responsable, ya sea tratando con otras personas o viviendo en sociedad, por ejemplo llevando mascarilla y respetando las distancias en la era de la pandemia. Pero esa responsabilidad personal se aprende precisamente conociéndose bien a uno o una mismo/a. Los adolescentes deben saber primero quiénes son.