Los peritos judiciales y sus inestimables funciones

El ámbito judicial, como el de la burocracia de las administraciones públicas en sí misma, es un conglomerado de papeleo y lenguaje especializado que, como es lógico, intimida a los ciudadanos de a pie que en un momento dado necesitan resolver cuestiones personales de suma importancia. Si esto es así en el caso de trámites normales y corrientes, en el caso de accidentes o problemas inesperados, derivados de cualquier tipo de situación legal, la ansiedad no tarda en aparecer. Sin embargo, y como en prácticamente cualquier ámbito importante de la vida, existen personas cien por cien especializadas en esta cuestión; es decir, el perito judicial, cuya labor, en cierto modo, es multidisciplinaria, pues, además de centrarse en la averiguación de ciertas causas y efectos de las mencionadas situaciones anteriores, asesora, resuelve y, en resumidas cuentas, presta apoyo administrativo, teórico y práctico a las personas que lo necesiten.

En este sentido, cabe mencionar que no todos estos profesionales de inestimable valor se ocupan de las mismas cuestiones. Aunque a los clientes no especializados en el ámbito jurídico y judicial es pueda parecer que en esencia todos ellos llevan a cabo el mismo tipo de procedimientos, lo cierto es que, también como en cualquier empleo, hay especializaciones, todas ellas muy valiosas si necesitamos solucionar asuntos muy concretos. Un ejemplo muy habitual y demandado por múltiples personas es el del perito judicial para reconstrucción de accidentes, es decir, de tráfico. Estos especialistas saben, como no podía ser de otra manera, cuáles son las sutilezas y cómo funciona a grandes rasgos el complejo mundo de los vehículos, de los accidentes propiamente dichos, de las indemnizaciones y de otro tipo de situaciones legales.

También relacionado con el mismo campo está el perito judicial de vicios ocultos, en este caso especializado en descubrir situaciones irregulares, quizá incluso ilegales, relativas a coches, turismos y otro tipo de vehículos. En realidad, podríamos hablar de un perito por cada suceso concreto, lo que los convierte, y nos repetimos, en profesionales realmente estimados por muchas personas. Al fin y al cabo, las gente de a pie no tiene por qué dominar lo jurídico.