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26 de Febrero de 2018 | 14:17
Viajes

El lujo de darnos un gusto: Turismo en Menorca

 

La gran suerte de hacer turismo en Menorca durante todo el año y especialmente en los meses de verano, se debe a la gran cantidad de actividades de ocio y tiempo libre que ofrece esta isla, pequeña en extensión, pero, inmensamente grande en todo lo que contiene.

 

ACTIVIDADES:

 

Descubrir Menorca es participar en su vida, compartir con sus gentes, llenarnos de su riqueza artística y monumental, recorrer sus pequeños pueblos embriagados de un encanto que roza la pura magia, respirar naturaleza en estado salvaje, zambullirnos en sus transparentes aguas, empaparnos de sol sobre un suave y delicado manto de arena cálida o experimentar un estado total de calma y armonía en una intimidad que solo pueden brindar sus recónditas calas. Pequeñas playas de una belleza exultante, una belleza adornada por el sonido del oleaje, los pájaros y el suave batir de la brisa, agitando rítmicamente las hojas de los pequeños arbustos que adornan sutilmente esta maravilla de la naturaleza.

 

Menorca es para disfrutarla de día y de noche. Cada momento tiene su atractivo. Desde hacer una travesía en velero, en Kayak, un paseo en Catamarán por el norte de la isla, donde se encuentran las calas vírgenes más inaccesibles. Submarinismo, snorkel, surf… También está la opción de alquilar un Jeep para recorrer caminos que solo pueden hacerse con un 4X4.

 

Ir de compras por Ciutadella, recorrer su casco antiguo. Degustar la gastronomía típica menorquina en los restaurantes del puerto. Una visita guiada a su arte prehistórico: Su cultura talayótica (cuevas excavadas en la roca, navetas, poblados…) La necrópolis de Cala Morell. En fin, un patrimonio digno de su reconocimiento.

 

ALOJAMIENTO:

 

Y, como no podía ser menos, Menorca no solo ofrece variedad y cantidad en cuanto a actividades de ocio, deportivas, culturales… sino que ese amplio abanico de posibilidades varias se abre, también, al terreno de los alojamientos. Casas rurales típicas menorquinas con fachadas blancas y tejados, ventanas y puertas tintadas de un azul intenso. Casas de campo en plena naturaleza, respirando oxígeno y calma. Un entorno natural que invita a la meditación y a sentir el amor por nosotros mismos y por lo que nos rodea.

 

Y no nos olvidemos de hacer mención a la increíble tentación que oferta el alquiler de villas en Menorca. Villas de auténtico lujo, su decoración cuidada y minimalista deja espacio a la luminosidad. Espacios abiertos. Estancias donde la comodidad y el confort son la prioridad principal. Todo lo que necesitemos, lo tenemos. Se podría decir que estas villas en Menorca gozan de la habilidad de hacernos sentir como en casa. Terrazas con vistas al mar. Piscinas privadas para gusto y disfrute de los usuarios de la urbanización. Zonas ajardinadas que nos despiertan cada mañana con el dulce aroma de las flores que se levantan erguidas sobre la fresca y húmeda hierba.