Sobre el plan de rehabilitación de cubiertas
Cuando somos propietarios de un inmueble que precisa una rehabilitación de la cubierta, debemos contactar con una empresa dedicada a esta actividad para que, una vez realizada la inspección al edificio y vistos los problemas que presenta, redacte un proyecto de rehabilitación de la cubierta a la autoridad municipal. Por supuesto, dicho documento debe ser realizado por personal cualificado, un arquitecto o ingeniero.
Una vez que el documento sobre el proyecto de rehabilitación de cubiertas sea presentado, el Ayuntamiento es el encargado de concedernos la licencia que permita las obras, junto con otros permisos.
Sería un momento apropiado para, junto con la reforma de la cubierta, incluir un sistema de climatización y de aislamiento térmico, orientado a un ahorro energético y a la reducción de gases nocivos para el medioambiente.
Ni que decir tiene que lo que, en un principio, va a ser un gasto a añadir, en realidad, es una inversión. El dinero empleado en la incorporación de materiales aislantes en la cubierta, lo vamos a ir recuperando a lo largo de unos 7 años, en las facturas mensuales por consumo eléctrico. Y, como ya hemos mencionado anteriormente, no es solo un beneficio para los propietarios sino para todos, ya que estamos contribuyendo de manera significativa en la emisión de sustancias nocivas para la atmósfera.
Con el paso de los años, las cubiertas de los edificios empiezan a tener fallos por filtraciones. El paso de humedad al inmueble presenta un serio problema que hay que atajar cuanto antes, de lo contrario, lo que era un defecto leve se puede convertir en algo más grave, afectando, incluso, a la estructura del edificio.
Las filtraciones de agua, en sí, ya son un motivo suficiente para tomar cartas en el asunto. Humedad y aparición de moho en paredes y techos van de la mano. El moho es un elemento muy nocivo para la salud de los propietarios e inquilinos, más aún, si hay personas mayores y niños.
Sobre las medidas a tomar, para una rehabilitación de cubiertas, corresponden al criterio del personal cualificado de la empresa.
Por pequeña que sea la anomalía que presente la cubierta de un edificio, hemos de tomar acción y responsabilizarnos de pedir presupuestos y decidir qué empresa vamos a contratar para que comience con las obras lo antes posible.
Aplazar unas obras de reformas puede acabar en tragedia. En nosotros está evitarlo, a toda costa, por nuestro bien y el de los demás.