Por qué escoger una buena academia de inglés

Seguramente recordamos en mayor o menor medida las clases de inglés del colegio. Los profesores que nos enseñaban en la Secundaria el verbo to be o, ya en cursos superiores, como Bachillerato, las principales oraciones condicionales. Si nos estamos preparando para obtener alguno de los certificados de inglés B1 o B2 para aumentar nuestro nivel con el idioma y acceder a puestos de trabajo o méritos de oposiciones, sin duda estaremos recordando esos tiempos. Pero hay algo diferente en estudiar inglés en la vida adulta, por propia voluntad y no porque forma parte de un plan de estudios obligatorio. De alguna manera, estamos más predispuestos a aprender.

Es, de hecho, cuando tomamos la decisión de aprender inglés que empezamos a valorar la existencia de centros de aprendizaje en la ciudad en la que vivamos. Solo en Canarias hay numerosas academias de idiomas en Las Palmas que ofrecen, a un precio razonable y rentable a largo plazo, desde los cursos de Cambridge y de nivel más genéricos hasta el C2, hasta cursos intensivos o divididos por competencias. Porque puede darse el caso de que, por circunstancias, nos hayamos vuelto particularmente hábiles en una competencia específica, como la comprensión lectora, pero flaqueemos en la comunicación oral. Para eso existen los cursos especiales.

Por otro lado, sin duda la academia de inglés de Las Palmas que finalmente elijamos, por seguir con un ejemplo geográfico muy útil y de calidad, ofrece la posibilidad de asistir a clases telemáticas o a distancias, o mediante sistemas híbridos presenciales y online. Desde que la pandemia de la COVID-19 dio inicio, sabemos de primera mano lo mucho que se valora actualmente trabajar y estudiar desde la seguridad del hogar. Aunque, en caso de que prefiramos asistir a clases a la manera tradicional, sin duda encontraremos las medidas de prevención, desde las mascarillas obligatorias hasta el aforo limitado y la distancia de seguridad, muy satisfactorias.

No hay, en definitiva, ningún motivo de peso por el que debamos renunciar a mejorar nuestro inglés en condiciones en una academia, sobre todo si el objetivo final es obtener una titulación oficial futura.