Howswho
20 de Abril de 2020 | 10:18
Ingeniería

Profesionales, equipo y maquinaria en proyectos industriales

Si echamos la vista atrás y establecemos una comparativa del crecimiento y la evolución de las grandes ciudades a lo largo de la historia, vemos que el desarrollo de la industria supuso en ellas un antes y un después. La industria genera tecnología y riqueza y, por extensión, las ciudades se multiplican en todos los sentidos. No es de extrañar, pues, que hoy en día los proyectos industriales sigan teniendo un peso considerable a la hora de llevar a cabo un aumento de los núcleos de población urbanos, y normalmente suponen un crecimiento exponencial de los barrios.

Esto lo podemos encontrar en la llamada por muchos «España vaciada». Aunque mucha gente de las dos Castillas opta por mudarse a Madrid en busca de esas industrias, y por extensión en busca de empleo y opciones de futuro, resulta que en muchas ciudades castellanas existe una base industrial nada desdeñable y, con ella, profesionales altamente cualificadas. Podemos poner por ejemplo a los ingenieros industriales de Valladolid, que hacen gala de la profesionalidad mínima exigida a los trabajadores de unos sectores tan complicados en cuanto a carga de trabajo. No hay dos industrias iguales, pero en general todas ellas suponen un esfuerzo considerable.

Pero ya hablemos de los ingenieros de Burgos, de los de Valladolid o de los de cualquier otra ciudad de los territorios mencionados, en todos los casos esa profesionalidad se queda coja sin el equipamiento técnico adecuado o las normas de seguridad laboral estipuladas por ley. El buen hacer de los ingenieros, es decir, su capacidad para desarrollar los proyectos de la industria, sean los que sean estos, se ve mermada si no disponen del material y del equipo individual indispensable. Además, a esto se le debe añadir la maquinaria, la cual afortunadamente proveen muchos servicios que se dedican expresamente a equipar a las distintas industrias.

De todo esto podemos deducir que la centralización de las industrias por parte de las grandes ciudades es una situación injusta y poco adecuada que podría solventarse redistribuyendo los medios y las financiaciones necesarias. Al fin y al cabo, profesionales en sí no faltan.