Pura naturaleza y casas en Menorca

Menorca es diferente es única. Todos aquellos viajeros que han disfrutado de su calma, de su paz, de sus paisajes, de su arte y su cultura y como no podía ser menos, de sus calas y playas y de su sol… sienten ese algo que la hacé única, especial.

Menorca es pura magia. Y, alojarse en sus casas y villas de alquiler, es un auténtico placer. El alquiler de una casa en Menorca, es disfrutar de un entorno natural y de un alojamiento de auténtico lujo, con todo el equipamiento necesario para sentirnos como en casa, un exterior con jardines, piscina y solarium y la zona de ocio para los peques. Menorca villas con vistas al mar, escuchar como rompen las olas, disfrutar de un amanecer y contemplar en silencio, los rojizos de un anochecer que imprime sus últimos rayos de sol sobre las tranquilas aguas que se mecen delicadas hasta tocar la aún calida arena.

Pero, Menorca no es solo un paraíso de sol y mar. Menorca ofrece a aquellos que la visitan, la torre de Fornells, los faros de Menorca, el monte Toro, la Naveta des Tudons, la necrópolis de Cala Morell, la Cova d´en Xoroi, el poblado Talayótico de Son Catlar… Y, por supuesto, su gastronomía. 

Todo en Menorca es un placer para los sentidos.

El alquiler de casa en Menorca nos acerca a la grata experiencia de compartir unos días todo el esplendor de sus parajes, la belleza de sus playas, el sonido de la naturaleza, la esencia de sus días y la calma de sus noches… 

El alquiler de villas en Menorca o casas rurales típicas menorquinas, es la guinda, digamos, del pastel. Como no podeía ser menos, una isla de lujo se merece un alojamiento de lujo. La comodidad está servida en estas confortables casas, llenas de luz y espacios abiertos, con armonía en su mobiliario y diseño cuidado. Casas cuidadas hasta el más mínimo detalle, equipamiento completo y ubicación inmejorable.

Y es que, todos estamos de acuerdo en que las vacaciones son para disfrutarlas, para relajarnos, pero también para realizar actividades de ocio y tiempo libre, para navegar a bordo de un barco que nos acerque a sus calas más inaccesibles, para bucear y admirar la flora y fauna de sus fondos marinos, para saborear arte y cultura, para tomar unas copas en una terraza a orillas del mar… Lo merecemos y Menorca nos espera.