Como regalo de Navidad, un viaje a Menorca

Imagina que tienes la oportunidad de unos días libres y decides emplearlos en unas vacaciones. Elegir un destino cercano, es la alternativa que nos va a permitir aprovechar esos días al máximo. Además, en España tenemos la gran suerte de contar con sitios dignos de ser visitados. Y para gozar de un auténtico paraíso de sol, playa y montaña, las maravillosas islas Canarias y las Baleares.

Casi todos pensamos en Ibiza, cuando se nombran las islas Baleares, pero, sin dejar de exaltar la belleza de Ibiza, Menorca, seguro que nos sorprenderá. Se trata de una isla pequeña en extensión, pero sin embargo, es capaz de ofrecer a quien tiene la suerte de visitarla, impresionantes playas de un azul intenso y suave arena; pequeñas calas de una belleza impresionante y unos fondos marinos que enamorarán a los amantes del buceo o el snorkel; parajes naturales para recorrer a pie, en bicicleta o a caballo; pequeños pueblos con un sello y encanto muy particular, rutas gastronómicas para darle gusto al paladar; tiendas de artesanía y moda típica menorquina; monumentos de arte prehistórico, los talayots; cuevas y grutas, actividades de ocio y deportivas para todos los gustos y niveles…

Pero, si además de todo esto, una extensa oferta de alojamientos en Menorca pone a nuestra disposición una selecta variedad de casas con encanto y frente al mar, seguro que no tardamos en ponernos manos a la obra y buscar un alquiler en Menorca para pasar esos días. Es mucho más atractivo destinarlos a un viaje a Menorca que vernos inmersos en la vorágine de los centros comerciales de las grandes ciudades, en pleno mes de diciembre. Quizás, el regalo de Navidad no haya que comprarlo en estos centros comerciales sino en una agencia de viajes con rumbo a Menorca.

El alquiler de una casa en Menorca es la mejor inversión que podemos hacer. Un regalo que vamos a disfrutar todos, en pareja, en familia con los niños o con los amigos. Hay villas y casas en Menorca para todos los gustos, necesidades y presupuestos. Solo hay que saber dónde dirigirse, visualizar y seleccionar la villa en Menorca que cumpla con nuestros requisitos. Dicho y hecho y en un plis plas, nos vemos tumbados en una hamaca y escuchando la melodía que componen las olas del mar junto con el trinar de los pájaros. Y, no me negarán el placer de desayunar en la terraza de una villa con vistas al mar.