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10 de Junio de 2019 | 11:47
Construcción

¿Restauración o rehabilitación de edificios antiguos?

Si hablamos de rehabilitaciones de edificios ¿tenemos claro qué obras están dentro de este término? Porque cuando se van a acometer obras en edificios de viviendas o edificios públicos, unas entran dentro de la categoría de rehabilitaciones, y otras, en la de conservación, restauración, consolidación…

Parecen términos similares, distintas formas de denominar a las obras de rehabilitaciones de edificios, pero no lo son. 

Por ejemplo, si hablamos de obras para la conservación de edificios, se refiere a los trabajos que van destinados al mantenimiento en buen estado de un edificio; y solo al mantenimiento, sin alterar o cambiar la estética y distribución original: reponer bajantes, tuberías, arreglar cubiertas, pintar paredes interiores…

Obras de fortalecimiento o afianzamiento, son aquellas en las que se sustituyen los elementos dañados que pueden poner en peligro la estabilidad del edificio y que incluyen algunos pequeños cambios en el, digamos, esqueleto del edificio.

Y las obras que se engloban dentro de las rehabilitaciones de edificios son aquellas que se realizan en aras de mejorar las condiciones del edificio. En las rehabilitaciones de fachadas, una de las obras más comunes es la de incorporar un sistema de aislamiento térmico y acústico que convertirán el inmueble en un edificio sostenible y respetuoso con el medioambiente, el aislamiento impide que entre el extremo calor y el frío del exterior, con lo cual el consumo eléctrico desciende de forma considerable, al mismo tiempo que se interviene en la reparación de grietas y desconchones y, por último, una mano de pintura para embellecer la estética de la fachada exterior. Otro de los trabajos más habituales es el de rehabilitaciones de cubiertas, mediante obras y la utilización de determinados materiales para la impermeabilización de los tejados; ya sabemos todos los problemas que acarrea la filtración de humedades en los inmuebles. 

Las obras de restauración se refieren a aquellos trabajos que se acometen en edificios emblemáticos, monumentos que componen el patrimonio histórico, artístico y cultural de las ciudades.

Por tantos tipos de trabajos diferentes a realizar tanto en las reformas, como en las rehabilitaciones o conservación de edificios, las empresas dedicadas a esta actividad disponen de gremios especializados en cada clase de obra, albañiles, arquitectos, ingenieros, pintores y escayolistas, fontaneros, diseñadores, delineantes, carpinteros…

Y como recomendación, antes de acometer cualquier tipo de obra para la rehabilitación de edificios, fachadas o cubiertas, debemos solicitar permisos al ayuntamiento, informarnos sobre subvenciones y ayudas y pedir varios presupuestos a empresas serias y consolidadas en el sector.