Salvaescaleras, un hogar accesible a nuestros mayores
Si tenemos a nuestros padres en casa porque ya no son capaces de poder llevar una vida autónoma, es decir, aquella en la que no necesitan depender de nadie para moverse libres y sin riesgo de sufrir una caída que agrave más su estado físico, quiere decir que ha llegado el momento de ocuparnos de ellos y cuidarlos con el mismo cariño con que ellos lo hicieron en su día con nosotros.
Lo cierto es que estamos inmersos en una sociedad en la que el tiempo es oro; todo es ir estresado al trabajo, a llevar y recoger los niños al colegio, a hacer la compra del mes… Estamos tan apurados que ya no somos capaces ni de saborear un café con los compañeros de trabajo, durante esa pausa a la que todos tenemos derecho, pero tampoco, con las amigas, con la familia o con nuestra pareja.
Y esto, además de muchas otras ocupaciones que van surgiendo, citas con el médico, reuniones con el tutor del colegio, e incluso, aquellas que nos permitimos para hacer algo que realmente nos guste, el ansiado tiempo que dedicamos al ocio: deporte, teatro, cine, lectura…. Nos lleva, irremediablemente, a desear que el día tuviera más de 24 horas.
Si por deseo nuestro hemos decidido cuidar a nuestros mayores, imposibilitados para desarrollar sus tareas diarias, debido a algún tipo de atrofia en la movilidad, causada por un desgaste muscular, es momento de plantearnos seriamente qué medidas tomar para que la forma de atenderlos nos resulte lo más sencilla posible y ganemos en comodidad, primero para ellos y después, para nosotros. Lo prioridad es cuidar la salud y el bienestar de nuestros mayores, pero para ello, nosotros los cuidadores, también tenemos que estar bien. El estrés y las prisas no son buenas consejeras.
A medida que pasa el tiempo, su autonomía va mermando y el solo hecho de un desnivel, por pequeño que sea, en el piso y la acción de subir y bajar escaleras, les supone un verdadero obstáculo en sus quehaceres diarios. Motivo por el que necesitarán servirse de bastones, andadores y, en algunos casos, en grados más altos de discapacidad, se impondrá la utilización de sillas de ruedas.
Tanto en un caso como en otro, hay que buscar mejorar la accesibilidad en la vivienda, las medidas más habituales, pasan por la colocación de sillas salvaescaleras.
Los salvaescaleras se adaptan perfectamente a la estructura y diseño de la escalera. Su alta tecnología las hace completamente seguras: sistema de parada de emergencia, detección de obstáculos, cinturón de seguridad. Los diseños son muy variados, adaptándose al estilo de la vivienda. Son muy confortables.
El personal responsable de las diversas empresas dedicadas a la instalación de salvaescaleras en Madrid, nos informarán sobre el modelo más adecuado a nuestras necesidades y a la arquitectura de la casa. Con una buena orientación, las dudas resueltas y el salvaescaleras instalado, nos queda la satisfacción de haber dado una mayor autonomía y libertad a nuestros mayores y, mejorado ampliamente, su calidad de vida.