Suelos cerámicos o suelos de madera
Seguro que nos ha ocurrido que cuando hemos comprado una casa antigua para reformarla a nuestro gusto, el principal dilema con el que nos encontramos es el tipo de suelo que vamos a instalar.
Los más comunes son los suelos de terrazo, cerámica y los suelos de madera. Cada uno de ellos tiene unas ventajas y unos inconvenientes; esto no es nada nuevo, ocurre con todo en la vida; ante una circunstancia en la que tenemos que tomar una decisión, una vez que manejamos las posibles opciones, exponemos los pros y los contras y, según la balanza se decante en uno u otro sentido, tomamos la decisión que, a nuestro juicio, es la más acertada. Como consejo muy útil, una vez hemos escogido, no debemos echar la vista atrás sobre la vía que hemos descartado.
Como los materiales naturales, no hay nada; y ambos, cerámica y madera, son naturales. La elección de uno u otro depende de los gustos personales y del estilo que queramos dar a nuestro hogar, junto con el presupuesto económico con el que contemos.
Los suelos de madera aportan calidez y elegancia, su amplia variedad de tonalidades y tipos de madera, como el suelo de roble, se adapta a los diferentes estilismos decorativos; eso, y las distintas formas de instalación, en líneas rectas horizontales, verticales, formando figuras geométricas, parquet en espiga. Cada tipo de madera, color y forma de colocación responde a una preferencia individual y al tipo de ambiente que pretendemos conseguir para convertir una casa en un hogar. Su relativo inconveniente, que los pavimentos de madera son más delicados y requieren de un mantenimiento mínimo para que se conserven en buen estado. Pero, si seguimos los consejos de limpieza y conservación, tendremos suelos de madera por muchos años.
Los suelos de cerámica se caracterizan por su sencilla limpieza, su resistencia y su variedad de estilos. Su dureza y fácil limpieza, los hace muy adecuados para cocinas y baños y zonas exteriores, principalmente. Son más económicos que un parquet y un suelo de roble, pero por contra, son suelos que trasmiten más frialdad y son menos acogedores y confortables.
Los pavimentos de madera está claro que son más costosos y el precio se incrementa según su forma de colocación; de acuerdo a ello, y por lógica, cuanto más compleja sea, más subirá el precio. No tiene el mismo trabajo un parquet en espiga que un suelo de madera en líneas rectas. Un parquet en espiga tiene un aire más clásico y un suelo de roble en líneas rectas es más cosmopolita.